Fue antes del alba. Nadie estaba a mi lado. Más allá del azar y de la muerte le dije: para ti no tengo palabras. Sólo queda mi boca muda; el eco de una voz que se apagó. Ajeno resulta tu recuerdo en mi memoria. Mas tarde mi corazón dejó de latir. Es el sueño que he soñado.
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