Quién nos iba a decir que en el camino nos íbamos a cruzar. Yo tan confiada y tú tan despistada. Tú con la mirada tan esquiva y yo intentando rescatar mis versos hundidos para no inundarte con palabras cínicas o despiadadas. Sin ti aprendí a escribir poemas inmortales y tú aprendiste a navegar por orillas serenas. Aprendí a esculpir utopías. Aprendí que la amistad en ocasiones desaparece como el humo de una cerilla. No quiero engañarte. No voy a mentirte.
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