Dos almas inconscientes, silenciosas. Destierro y muerte. Una sonrisa noble y un color rojo, caduco. Hoy, amantes invisibles. Se miraron a los ojos por un instante. Él no sabe que su mano gobierna el destino. Ella ignora que es su prisionera. Cuando se miran de frente, a la velocidad del instinto, no se reconocen. Quizá, cuando…
