Hay demasiada soledad en esta casa y un pasado gris que se adentra. Mi hogar está cubierto de ceniza y humo. Las certezas y las dudas golpean mi cabeza. Soy otra. Mis amigos, todos poetas y escritores, se fueron. A estas horas la luna coquetea con su reflejo en el agua mientras me mira de reojo. En el centro del insomnio, mi soledad, mi deseo de volver a sonreír y la extraña realidad de sentir un núcleo seco de esperanza. Y mi nombre mal escrito en una vieja carta del viejo buzón de mi desaparecido hogar.
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