Yo luchaba por la vida en aquella noche sorda.
¡Ataca y mata! Le dijo sin pestañear.
Me abrí paso como pude.
Azar y muerte. Cada cual tiene su historia.
No insistas…
En aquella casona se hospedaba un cadáver triste. Aquellos huesos solitarios seguían muriendo y durmiendo abrigados por un manto de arena fría. Federico pasaba largas temporadas en la isla y de cuando en cuando visitaba a su amigo en la casa del Callejón del Desconsuelo. El destino quiso que el hallazgo de aquel cadáver coincidiera con…
En aquella hora encantada se extendió la noche. Había una muchedumbre silenciosa en la aparente ciudad desnuda, cubierta por un lecho de estrellas que abría el otoño, y en esa hora de angustia y de luz tenue yo intentaba sostener el mundo sintiendo que por tus venas bajaba la luz del cielo.
Ignoraba tu nombre, pero…
Hace ya un tiempo que su espíritu se alejó del cuerpo y hasta llegó a comentar que tuvo una extraña sensación de desdoblamiento. Se basta palpando el recuerdo. En ocasiones le sobreviene la noche caminando en sus sueños y poco le importa si muere el día. Él, sostiene el mundo y lo sabe todo.
El Santo,…
Ella, con una actitud insomne y penitente, dejó de contar el tiempo y los besos. Su mente cargaba con el peso de la duda. Aquello no era solo deseo. Con la pena dibujada y ya ganado el desconsuelo, le dijo que lo esperaba más allá de la orilla de la vida o de la muerte.…
Tenían una relación puramente sexual. Cariñoso como un niño, mientras se servía una taza de té, le pidió que se sentara con él. Ella, encontró un hueco entre sus piernas y le susurró: la luz siempre viene del cielo. “ ¡Quién pudiera retenerla!” Quedaron mudos ante tanto misterio. Una vez hubo apurado el último sorbo de té,…
El invierno gobernaba nuestra aldea y aquel sol hecho ternura dormía al despertar el día. Para escapar lejos de la corriente del tiempo se sumergió en edades pasadas sometiendo a otra vida su vida, enterrando el alma hasta tocar sus huesos. Abolió el deseo de morir y empujó su sonrisa hasta lograr dibujarla en sus labios. Pensó…